Pura razón, René Magritte
El término «disparate» es una de las palabras más desconcertantes de nuestro vocabulario. Sólo tiene carácter negativo, como la muerte. Nadie puede explicar un disparate: sólo puede demostrarse. Además, añadir que sentido y disparate son intercambiables no es sino complicar el asunto inútilmente. El disparate pertenece a otros mundos, a otras dimensiones, y el gesto con que lo apartamos de nosotros a veces, la finalidad con que lo desechamos, atestigua su carácter inquietante. Todo lo que no podemos incluir dentro de nuestro estrecho marco de comprensión lo rechazamos. Así, podemos ver que la profundidad y el disparate presentan ciertas afinidades insospechadas.
Henry Miller, Sexus, Edhasa, Barcelona, 2004, p. 275.
1 comentarios:
Existe el disparate, pero no el parate.
Igual que hay cosas impepinables, pero no hay cosas pepinables: cosas que pueden pepinarse.
Reflexionamos seriamente sobre todo esto. Y llegaremos a una conclusión clara:
Todo idioma es una locura, o un disparate.
Felices Pascuas.
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