Mira cómo se yerguen orgullosos
en la rama más alta de sus despachos,
cómo saltan de corbata en corbata
y se abren la camisa
para golpearse desafiantes el pecho
con los puños.
Y a esto lo llama Darwin la selección natural.
Almudena Guzmán, Zonas comunes, Visor, Madrid, 2011, p. 23.
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