Es de noche y llueve, Raúl Ariza

viernes, 2 de septiembre de 2011
Lluvia, David Hockney

ES DE NOCHE Y LLUEVE

Me despierto a eso de las tres de la madrugada. La tormenta ha cesado y ahora apenas se escucha el monótono chispear de una fina lluvia que parece que no vaya a terminar nunca. Bajo a la calle tras vestirme con lo primero que encuentro y calzarme las deportivas que me regalaron el día del padre. La idea era que volviera a hacer algo de deporte. Me veían algo fondón pero, entre risas veladas, ninguna de las dos se atrevió a decírmelo.

Custodiado por esa ingrata soledad que acompaña a los desgraciados a modo de sombra indeleble, y sometido a la incómoda humedad de un invierno demasiado frío y demasiado lluvioso, ando un par de cientos de metros hasta salir de la urbanización, zangoloteo sin mucho sentido por entre el barrizal del descampado que estos días está sirviendo de aparcamiento para los periodistas y los curiosos, y acabo acercándome a la parada del autobús en donde la dejé la mañana del viernes.

Ángela duerme sin fin, como la lluvia. Hace tres días que no se entera de nada, atiborrada por la medicación que le vienen dando desde el mismo instante en el que le sobrevino la crisis. Lo último inteligible que hizo antes de caer desvanecida, fue maldecirme por no haber llevado yo a la niña al instituto. Hijo de puta, me gritó. Esta noche necesitaba compañía pero no he querido despertarla. Para qué. Mi dolor es sólo mío, y ella ya tiene bastante con la cruz de madre que le tocará arrastrar si la pequeña no aparece.

La noche es cerrada e ingrata, y sólo la pávida luz de una lámpara lacrimosa, rompe con cierta timidez su sucia oscuridad. Me siento bajo la marquesina y, sin poder evitarlo, me asalta un escalofrío al imaginarme lo desgraciado que llegaré a ser si mis miedos resultan fundados. Encojo los pies sobre el frío asiento metálico, apoyo mi cabeza en el cristal y, antes de romper a llorar, me ovillo esperando baldíamente a que la lluvia por fin escampe.


Raúl Ariza, Elefantiasis, Editores Policarbonados, Madrid, 2010, pp. 50-51.

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