Pino serpenteante en Kenick Burn, David W [Coigach]
EL PINO
¡Qué hermoso es ese viejo pino blanco
de las colinas de tu infancia
que hoy has vuelto a visitar"…
A su susurro recuerdas a tus muertos
y piensas cuándo te tocará a ti.
A su susurro te sientes
como si hubieras acabado de escribir tu último libro
y ahora tuvieras que callarte y llorar
para que brotara la palabra…
¿Qué fue de tu vida? Abandonaste conocido por desconocido.
¿Y tu destino? Una sola vez te sonrió
y tú no estabas allí…
Vladimir Holan, Dolor, Hiperión, Madrid, 2001, p. 112.
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