Nuestro futuro, Matías Candeira

miércoles, 17 de julio de 2013
Expulsión del jardín del Edén, Marc Chagall

NUESTRO FUTURO

   Casi todos los sábados de este otoño, el viajero del tiempo usa la máquina y regresa dulcemente a 1940, cuando su mujer llevaba el pelo más largo y sabía decirle algunas palabras hermosas en francés. Hacen el amor, dos, tres veces. Están metidos bajo las sábanas, riendo muchísimo. Su mujer canta, está desnuda, tibia como el interior del tiempo y la máquina. «On s'est connus, on s'est reconnus», tararea ella, y se deja peinar, y lo mira. Siempre es muy distinto. Juntos —también es otoño allí— recuerdan el Sena y el olor fuerte, a pescado, y esas pensiones húmedas de la ribera donde sabían mirarse a los ojos y adivinarse mutuamente a qué lugar viajarían dos días después. Cuando escucha la llave girar en la puerta principal, el viajero del tiempo escapa por la ventana del dormitorio, no sin antes estrechar a su mujer, su mujer de 1940, en sus brazos.
   Ya en el el jardín, aún tiene tiempo de mirar a lo alto y susurrarle con un guiño de ojo:
   «Deja que esta noche me acueste mirando las estrellas. Me darás de cenar bien. Y el domingo que viene, no lo permitas, no se te ocurra dejar que acuda a la estación central y me encuentre con una mujer que lleva un abrigo blanco».


Matías Candeira, Antes de las jirafas, Páginas de Espuma, Madrid, 2011.

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