Magdalena Kaczmarczyk
24 DE ABRIL
Aquel día debí cambiarte por la lluvia.
El agua golpeaba en la tierra y los árboles
con silencioso empeño,
aunque yo sólo podía sentir
las huellas del torrente que ardía por mi cara.
Han vuelto los fantasmas de dos años atrás,
y ni siquiera puedo recurrir a tus ojos
para que me hablen de cómo te encuentras
—el único modo de trascender
el alambrado de espinos que siempre
ha compuesto nuestro aire.
Por el envés del tiempo, Cardeñoso, Vigo, 2011, p. 21.
2 comentarios:
Me encanta.
Bs.
Muchas gracias :)
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