Cortejo, Adán A. Roque

domingo, 19 de abril de 2015
La Muerte y la Doncella, Edvard Munch

CORTEJO

   Tánatos cortejó a Afrodita, fue correspondido y así se inició el idilio ante el estupor de los demás dioses. Al cabo de un tiempo, Afrodita concibió y Tánatos, como cualquier padre, palpó el vientre de su amada. Cuando lo hizo, ella abortó.


Adán A. Roque, Obnubilaciones transitorias, Micrópolis, Lima, 2012, p. 36.
 

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