En la carretera, Yokohama, Daidō Moriyama
MEMORIA DEL INVIERNO
Llegamos en un taxi negro
de faros amarillos.
"LA PROPINA, POR PIEDAD".
Nuestros dedos alargados
se diluían bajo el agua.
Era gris el fondo de sus ojos,
azul y manchada su camisa.
Huíamos de un poema:
"Esto no es el Sahara,
ni el cielo nos protege,
ni acaso exista Dios..."
Ocultos en nuestros propios bolsillos.
La moneda que brilló un instante
cayó al suelo.
Empezó a llover de nuevo.
Nadie comprende lo que es absurdo.
El saxofonista caía
desde la azotea,
por haber creído que el mundo es real,
que desde las azoteas nadie ha caído.
Entonces huí de mí mismo
dando despacio la espalda al taxista,
en un mundo cubierto de silencio
y de preguntas que brillan y caen al suelo.
Jesús Zomeño, Un libro titulado 34 poemas, Diarios de Helena, Elche, 2001, p. 43.
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