Flor de ceniza, Anselm Kiefer
¿Qué posibilidades tiene un individuo solo de disentir cuando carece de otra cosa que sus heridas para sancionar su protesta? ¿A quién le importan las heridas cuando la guerra ha acabado? ¡Apártese de nuestra vista a todos esos heridos, tullidos y mutilados! ¡Que reanuden la vida donde la habían interrumpido quienes aún conserven fuerzas y capacidad! A los muertos se les dedicarán monumentos; a los mutilados se les concederán pensiones. Manos a la obra: la vida sigue igual y nada de débiles sentimentalismos sobre los horrores de la guerra. Cuando llegue la próxima guerra, ¡estaremos listos para ellos! Und so weiter...
Henry Miller, "El excombatiente alcohólico y con cráneo en forma de tabla de lavar", El puente de Brooklyn y otros relatos, Navona, Barcelona, 2015, pp. 51-52.
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