Ibán Ramón
ÁRBOL SECO
Diez años esperó que el árbol seco
floreciera de nuevo. Diez años
con el hacha aguzada y temblorosa,
pero el árbol
sólo exhibía sus desnudos brazos,
la percha de la urraca y de los cuervos.
Cortóle al fin, y, de repente,
vio su corazón verde, borbotón de savia:
un año más, y hubiera florecido.»
José Jiménez Lozano, Elegías menores, Pre-Textos, Valencia, 2002, p. 38.
0 comentarios:
Publicar un comentario