Padre decía que un hombre es la suma de sus desgracias. Un día crees que las desgracias han abandonado la partida, pero entonces el tiempo se convierte en tu mayor desgracia decía padre. Una gaviota planea por el espacio sujeta por un cable invisible. Uno lleva el símbolo de su frustración a la eternidad. Luego las alas son mayores decía padre pero ¿quién sabe tocar el arpa?
William Faulkner, El ruido y la furia, Alianza, Madrid, 2013, p. 123.
William Faulkner, El ruido y la furia, Alianza, Madrid, 2013, p. 123.
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