Wiktor Franko
Hay un mundo hecho de las cosas que nunca podremos hacer o tocar o pensar. Un mundo que se ha liberado de nuestro camino y que ya no nos aguarda. Un mundo de otros, donde se juntan relámpagos, voces y sueños desobedientes. Esto es, sobre todo, el mundo: una vida que comienza y sigue, la duración de un temblor nuestro, sin nosotros.
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