No sirven los pronósticos pactados
si al abrir la maleta
encuentras mucho menos equipaje,
un hueco inesperado.
Qué lleva a deshacer un libro casi escrito,
a firmar un final que inicie un nuevo párrafo,
a tener la certeza de que es hora
de la huida adelante,
y de un cambio de planes.
Los días se suceden como alondras
y de pronto un disparo destroza esa cadencia.
Lo sabe en su rumor el viento de la tarde.
Hay un lago que puede reflejar
la angustia y la esperanza de su orilla,
del que todo ha perdido,
del que todo lo espera.
Daniel Rodríguez Moya
Poesía ante la incertidumbre. Antología (Nuevos poetas en español), Visor, Madrid, 2011, p. 78.
0 comentarios:
Publicar un comentario