Deja ya de quejarte del agua fría
y del cloro.
Además estás haciendo el ridículo
con ese flotador de pato.
No pienses en nada
pero recuérdalo todo
y tírate de cabeza a la piscina
del mundo.
Eres Esther Williams.
Almudena Guzmán, Zonas comunes, Visor, Madrid, 2011, p. 59.
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