Caleidoscopio, Sandra Petrignani

miércoles, 14 de diciembre de 2011
CALEIDOSCOPIO

El tubo es de cartón decorado y tenerlo en la mano da una sensación de calor. Al más mínimo movimiento, dentro del tubo tiene lugar un ligero zapateo de patas en fuga, un rodar de pepitas. Es trabajoso y cansador mirar adentro. Porque tener un ojo cerrado y el otro abierto, y al mismo tiempo hacer girar el cilindro con los dedos, no es algo fácil para un niño. Las figuras no tienen una variedad infinita; de tanto en tanto, desordenadamente, los pedacitos de vidrio de colores componen dibujos ya vistos, y el observador sonríe para sí, satisfecho por haberlo reconocido. El juego consiste en formar una determinada figura, tratando de insuflarle a los fragmentos un movimiento en vez de otro; o bien uno se abandona a la casualidad, limitándose a registrar cuando determinada composición vuelve a aparecer; o bien espía en los ángulos del tubo para entender dónde comienza la realidad de los espejos y dónde termina la ilusión.



Sandra Petrignani, Catálogo de juguetes, La Compañía, Buenos Aires, 2009, p. 45.

0 comentarios: