Séptimo, Federico Fuertes Guzmán

domingo, 30 de octubre de 2011
Ilustración: Ocelott

SÉPTIMO

Abro los ojos y todo está oscuro. Se me ocurre decir la siguiente frase: haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte unas de otras. Todo a mi alrededor cambia y me animo porque cuando he despertado no sabía quién era y ahora hay bastantes posibilidades de que sea el mismísimo Dios del universo (llenos están el cielo y la tierra de mi gloria).
Paso así los siguientes días. Me canso. Dios no se cansa nunca, así que lo más probable es que esté equivocado. El séptimo día, hundido y desencantado, lo dedico a dormir profundamente.
Mañana será otro día.


Federico Fuertes Guzmán, Los 400 golpes, e.d.a., Benalmádena, 2008, p. 51.

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