TUS OJOS
Y tus ojos, tus pétalos de luz,
aquellos ojos que resumían el estío,
vasijas de pureza,
agonizan de sombra en su prisión de nieve
y de silencio.
El mundo es una catedral helada.
San Petersburgo. Catedral de San Isaac, Irina Khovrina
Luis Alberto de Cuenca, De amor y de amargura, edición, selección y prólogo de Diego Valverde Villena, Renacimiento, Sevilla, 2005, p. 34.
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